Hace ya muchos años, WWF impulsó en el mundo varias medidas para proteger nuestros bosques. En España una de ellas fue la Red Ibérica Forestal, donde todas las partes interesadas en obtener un usufructo del bosque pueden encontrarse para hablar de unos recursos que deben durar para las generaciones venideras. En esos años tuve la suerte de conocer a Félix Romero, responsable de Bosques en aquella época y a Elena Domínguez, ambos de WWF, que tenían un mensaje muy claro: hay que promover el consumo de materiales naturales y renovables, como los derivados de los bosques, frente a otros más contaminantes y agotables.

Al mismo tiempo pude constatar que hay muchos lugares en los que los recursos forestales son imprescindibles para los moradores de los bosques. No sólo estoy pensando en los pueblos de España, muchos de ellos hoy tristemente abandonados, sino en otros continentes. En países donde los recursos forestales son todo lo que tienen para poder subsistir.

Sin embargo, la gestión del recurso forestal no puede ser desordenada, ni obedecer al corto plazo, ya que así no garantizamos su supervivencia y el recurso forestal se depaupera hasta desaparecer. Por ello, en 1993 en Toronto, Canadá, se creó el estándar FSC (Forest Stewardship Council), literalmente el Consejo de Administración de los Bosques. Esta norma internacional se basa en unos principios que incorporan la responsabilidad para proteger la riqueza forestal y obliga a asumirlos a aquellos que deciden el futuro de los bosques: propietarios de los montes, empresas de aprovechamiento, aserraderos y empresas que transforman la madera, fábricas y distribuidores.

El estándar FSC está siendo útil en muchos lugares, y en España es una herramienta para propietarios de parcelas de tamaño pequeño. Asociándose e implementando la organización adecuada se dan cuenta de que pueden gestionar de manera competitiva esos recursos sin comprometer su existencia a largo plazo.
También hay muchas empresas que quieren comprometerse a través de FSC para que cada uno de nosotros, como consumidores, podamos elegir cuando adquirimos un mueble, un paquete de folios, un libro, un envase de papel o cartón... y contribuyamos a que el esfuerzo de todos sea útil.

Búscanos y en cada producto identificado con FSC hallarás una historia, algunas podrás conocerlas vía web (es.fsc.org) o en las redes sociales, en nuestras actividades, difusiones o comunicaciones diversas. Esas historias son el sueño de todos aquellos que perseguimos un equilibrio y un desarrollo respetuoso con nuestro entorno, una historia que beneficia de manera clara a toda la sociedad

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